¿LA UNIVERSIDAD GESTORA DE DESARROLLO?


¿LA UNIVERSIDAD GESTORA DE DESARROLLO?

Soc. Felipe Supo C.[1]



La pregunta es: ¿La Universidad se constituye en gestora de desarrollo? Esta interrogante nos induce a preguntarnos: ¿Qué entendemos por Universidad y desarrollo? ¿Cuál es la misión de la Universidad en este contexto de la sociedad del conocimiento y de la información? ¿Cómo y a través de qué la Universidad puede constituirse como gestora de desarrollo? Finalmente, nuestra Alma Máter Universidad Nacional del Altiplano ¿Es realmente “Pionera y líder de la región Andina? Estas son algunas interrogantes que trataremos de responder en este artículo periodístico, a través de este semanario dominical.

Ayarza (2014) señala que históricamente, la Universidad latinoamericana y el nuestro es producto de la Universidad napoleónica española que estaba orientada a formar profesionales para el mercado profesional; mientras que la Universidad alemana estaba orientada a la generación del conocimiento de la ciencia y tecnología, en ese mismo contexto la Universidad francesa desarrollaba conocimiento para el constructo de las humanidades y Universidad norteamericana se orientaba por este mismo camino a la producción de bienes y servicios de consumo para el mercado (Boggiano, 1997). 

Este auge del modelo alemán influyó a mediados del Siglo XIX en la Universidad estadounidense, cuyo resultado final fue el avance desde finales del siglo XIX, y durante todo el siglo XX, de un tipo de institución basada en una mejor asociación entre investigación y docencia, pero, a su vez, con una presencia superior de las ciencias aplicadas y de la actividad ingenieril y tecnológica, como premisas de un fuerte servicio de extensión hacia el entorno económico, necesitado de todo posible instrumento que le garantizara un lugar de vanguardia en el ámbito de la competitividad, los crecimientos productivos y la obtención de máximas ganancia. Esta actuación de tal conjunto de variables dentro y fuera del contexto universitario norteamericano han incidido en la gestación de un tipo de institución universitaria a la que distintos autores denominan “modelo de universidad empresarial” denominada también “universidad-empresa” cuyo auge data las décadas de los años 70´y 80´ (Smilor, et al. 1993).

En relación a este tópico acerca del rol de la Universidad, Fosca (2009) refiere que desde la ciencia la Universidad es el espacio privilegiado para la transmisión y producción de conocimientos. Pero no se trata de un conocimiento estéril, enajenado, divorciado de la realidad, sino más bien de uno que puede potenciar saberes previos y fomentar la construcción de nuevos. Así, la Universidad no solo debe reconocer las nuevas tendencias que vive cada sociedad, debe además, poder analizarlos e incluso, construir escenarios de futuros posibles que permitan intuir y solucionar con prontitud los problemas que afectan a los grupos sociales o que podrían afectarlos más adelante, mediante el uso de métodos, técnicas e instrumentos de la planificación estratégica. Existe además, en esta búsqueda permanente de conocimiento de calidad, un conjunto de criterios que buscan medir si la institución esta efectivamente preparada para hacerlo. Veamos tan solo algunos de ellos: proporción entre el número de estudiantes y profesores, número de citas en publicaciones, número de docentes internacionales, docentes o exalumnos ganadores de premios Nobel, entre los más importantes. Como bien refiere Fosca (p. 189): “La diferencia, entonces, entre universidades latinoamericanas y las norteamericanas, europeas o asiáticas, es muy grande. ¿A qué se debe esto? Pues, precisamente, al principal indicador de la calidad educativa: la producción científica. De ahí, la importancia de privilegiar como una función universitaria prioritaria e imperativa la investigación, para la generación de conocimiento (Arguin y García, 2015). 

Así, Supo (2011) indica que en este nuevo contexto de la sociedad del conocimiento y de la información el rol de la Universidad, en términos específicos la nuestra (Universidad peruana) recién desde hace 05 años atrás, viene redireccionando su rol como Universidad generadora de conocimiento a través de la investigación como “instrumento” de desarrollo; de manera que sus egresados se constituyan en gestores “líderes” de cambio para el desarrollo, en el entendido que desarrollo es: Un proceso de cambio gradual, metódico y sistemático de carácter multidimensional en lo económico, político, social, ecológico, cultural y ético –moral, desde una perspectiva cuantitativa y cualitativa orientado a mejorar el nivel y calidad de vida del ser supremo de la sociedad –el hombre- Que debe significar: En lo económico: Redistribución equitativa y racional de la riqueza que permita la generación de mayores ingresos económicos que impacten en su nivel y calidad de vida; en lo político: El acceso a la democracia participativa, donde el actor social debe ser protagonista en la toma de decisiones y responsable de su propio desarrollo; en lo social: Debe garantizar el acceso de la educación y salud gratuita de calidad, así como debe reivindicar al ser humano en la equidad de género y el respeto a las minorías étnicas como inclusión social; en lo cultural: Se debe respetar las formas de pensamiento y vida, expresadas en la diversidad pluricultural y multilingüe, rescatando y revalorando sus conocimientos y valores ancestrales; de manera que afiance su identidad cultural; en lo ecológico: Se debe preservar la naturaleza y el medio ambiente; y en lo ético-moral: Debe significar el manejo de los recursos públicos con transparencia y control participativo de rendición de cuentas. Es decir, fundamentalmente el desarrollo debe estar orientado al desarrollo social traducido al bienestar social de la humanidad que debe satisfacer sus expectativas en su nivel y calidad de vida.

Entonces se hace imperativo e implícito que nuestra Alma Máter si bien va por un buen camino hacia un derrotero de desarrollo definido de carácter general por el logro de su licenciamiento y la acreditación de la mayoría de sus escuelas profesionales que brinda ventajas competitivas y comparativas como posicionamiento de institución de calidad en la formación integral científica, tecnológica y humanística de sus egresados; sin embargo, en el terreno de generación de conocimiento a través de la investigación, estamos todavía en “pañales” no porque, no existan investigadores de calidad, sino porque la UNA-Puno a través del Vice Rectorado de Investigación no ha tenido la capacidad suficiente de diseñar y formular un plan de largo aliento de desarrollo de investigación que esté orientada sus líneas de investigación a la demanda de las necesidades de solución de los problemas de carácter estratégico y prioritario; cuyo propósito debe significar una estrategia de tender puentes entre la sociedad que sirve y la UNA-Puno –como hemos referido en líneas arriba- a través de propuesta de políticas de investigación orientadas al desarrollo de la región Puno. De ahí que podemos afirmar que en el terreno de la investigación, nuestra Universidad sigue siendo una “isla”.  
  
En este campo de la investigación si nuestra Alma Máter, es la tercera Universidad de provincias del país con el mayor número de docentes investigadores REGINA-RENACYT-CONCYTEC (después de la Universidad Nacional de Trujillo y Universidad Nacional de San Agustín de Arequipa) que afianza nuestro licenciamiento, acreditación y reacreditación, todavía no es suficiente esta cantidad de 46 investigadores, como número, considerando que la UNMSM cuenta con 311 investigadores, la UNI con 92, la PUCP con 104 y la UPCH con 103 (Supo, 2019) por un lado. Por otro, si estos investigadores REGINA por propio mérito han logrado alcanzar esta difícil calificación que contribuye en el constructo de la calidad de la institución y la satisfacción profesional y económica del investigador, la UNA-Puno a través del Vice Rectorado de Investigación no ha establecido ningún estímulo académico (pasantías de investigación) ni pecuniario en favor de estos investigadores; tampoco ha establecido estrategias de nexo como política de investigación, como si se ha implementado como política de estímulo y fomento de la investigación en otras universidades de gestión pública (caso UNMSM, UNI, UNT.). 

Si nuestra Universidad conjuntamente con el financiamiento de MINEDU viene implementando “pasantías” de docentes, estudiantes y administrativos a universidades top, éstas son iniciativas propias y parceladas de cada escuela profesional, sin que exista un plan académico relacionado a la investigación como políticas institucionales; de manera que estas pasantías en su gran mayoría se vienen constituyendo en visitas a estas universidades top como “paseos”. Mientras que de parte de la misma Universidad, al no existir un derrotero de investigación traducido en planes de corto, mediano y largo plazo como horizonte de planeamiento de proyecto, tampoco existe los suficientes y necesarios presupuestos asignados para este propósito –la investigación-.

Es así que es de urgente necesidad, que las próximas autoridades de nuestra Alma Máter piensen más con el hemisferio del cerebro izquierdo, diseñando y formulando planes de desarrollo de investigación como políticas y estrategias de integración del binomio sociedad-Universidad.

BIBLIOGRAFÍA

Arguin, G. y García, L. (2015). La gestión de profesores en las universidades. En: Revista  Interamericana de Gestión Universitaria-IGLU. Instituto de Gestión y Liderazgo Universitario. Ed. Agencia Canadiense de Desarrollo Internacional (ACDI) y Organización de los Estados Americanos (OEA).

Ayarza, H. (2014). La evaluación de la calidad académica y la acreditación. En: Revista  Interamericana de Gestión Universitaria-IGLU. Instituto de Gestión y Liderazgo Universitario. Ed. Agencia Canadiense de Desarrollo Internacional (ACDI) y Organización de los Estados Americanos (OEA).

Boggiano, G. (1997). La universidad actual y la relación con la empresa, perspectiva en el mundo globalizado y de extrema competencia”. En: Foro de la Universidad Peruana. Lima, Perú.

Fosca (2009). La Universidad en el contexto de generación del conocimiento. Lima, Perú: Pontificia Universidad Católica del Perú.


Supo, F. y Menacho, I. (2019). Análisis situacional del docente investigador en la Universidad peruana en el contexto de REGINA-RENACYT-CONCYTEC (2019). Ponencia preparada para el XXXII Congreso Internacional de Sociología (ALAS-2019). Lima, Perú: Universidad Nacional Mayor de San Marcos.

Supo, F. (2010). Gestión de la función universitaria en el Perú. Tesis para optar el grado académico de Doctor en Administración. Lima, Perú: Universidad Nacional Federico Villarreal.


[1] Docente Investigador REGINA-RENACYT-CONCYTEC (Reg. N° 3253).
  Pos Doctor en Cs. De la Educación (UNEEGV-La Cantuta-Lima).
  Dr. en Ciencias Sociales. Especialidad en Sociología (UNMSM-Lima “Decana de América”).
  Dr. en Administración (UNFV-Lima).
  D.Sc. Educación (UNA-Puno)

Comentarios

Entradas populares