¿LA UNIVERSIDAD GESTORA DE DESARROLLO?
¿LA UNIVERSIDAD GESTORA DE DESARROLLO?
La
pregunta es: ¿La Universidad se constituye en gestora de desarrollo? Esta
interrogante nos induce a preguntarnos: ¿Qué entendemos por Universidad y
desarrollo? ¿Cuál es la misión de la Universidad en este contexto de la
sociedad del conocimiento y de la información? ¿Cómo y a través de qué la
Universidad puede constituirse como gestora de desarrollo? Finalmente, nuestra
Alma Máter Universidad Nacional del Altiplano ¿Es realmente “Pionera y líder de
la región Andina? Estas son algunas interrogantes que trataremos de responder
en este artículo periodístico, a través de este semanario dominical.
Ayarza
(2014) señala que históricamente, la Universidad latinoamericana y el nuestro
es producto de la Universidad napoleónica española que estaba orientada a
formar profesionales para el mercado profesional; mientras que la Universidad
alemana estaba orientada a la generación del conocimiento de la ciencia y
tecnología, en ese mismo contexto la Universidad francesa desarrollaba
conocimiento para el constructo de las humanidades y Universidad norteamericana
se orientaba por este mismo camino a la producción de bienes y servicios de consumo
para el mercado (Boggiano,
1997).
Este
auge del modelo alemán influyó a mediados del Siglo XIX en la Universidad
estadounidense, cuyo resultado final fue el avance desde finales del siglo XIX,
y durante todo el siglo XX, de un tipo de institución basada en una mejor
asociación entre investigación y docencia, pero, a su vez, con una presencia
superior de las ciencias aplicadas y de la actividad ingenieril y tecnológica,
como premisas de un fuerte servicio de extensión hacia el entorno económico, necesitado
de todo posible instrumento que le garantizara un lugar de vanguardia en el
ámbito de la competitividad, los crecimientos productivos y la obtención de
máximas ganancia. Esta actuación de tal conjunto de variables dentro y fuera
del contexto universitario norteamericano han incidido en la gestación de un
tipo de institución universitaria a la que distintos autores denominan “modelo de universidad empresarial”
denominada también “universidad-empresa”
cuyo auge data las décadas de los años 70´y 80´ (Smilor, et al. 1993).
En relación a este
tópico acerca del rol de la Universidad, Fosca (2009) refiere que desde la
ciencia la Universidad es el espacio privilegiado para la transmisión y
producción de conocimientos. Pero no se trata de un conocimiento estéril,
enajenado, divorciado de la realidad, sino más bien de uno que puede potenciar
saberes previos y fomentar la construcción de nuevos. Así, la Universidad no
solo debe reconocer las nuevas tendencias que vive cada sociedad, debe además,
poder analizarlos e incluso, construir escenarios de futuros posibles que
permitan intuir y solucionar con prontitud los problemas que afectan a los
grupos sociales o que podrían afectarlos más adelante, mediante el uso de
métodos, técnicas e instrumentos de la planificación estratégica. Existe
además, en esta búsqueda permanente de conocimiento de calidad, un conjunto de
criterios que buscan medir si la institución esta efectivamente preparada para
hacerlo. Veamos tan solo algunos de ellos: proporción entre el número de estudiantes
y profesores, número de citas en publicaciones, número de docentes
internacionales, docentes o exalumnos ganadores de premios Nobel, entre los más
importantes. Como bien refiere Fosca (p. 189): “La diferencia, entonces, entre universidades latinoamericanas y las
norteamericanas, europeas o asiáticas, es muy grande. ¿A qué se debe esto?
Pues, precisamente, al principal indicador de la calidad educativa: la producción científica”. De ahí,
la importancia de privilegiar como una función universitaria prioritaria e
imperativa la investigación, para la generación de conocimiento (Arguin y
García, 2015).
Así,
Supo (2011) indica que en este nuevo contexto de la sociedad del conocimiento y
de la información el rol de la Universidad, en términos específicos la nuestra
(Universidad peruana) recién desde hace 05 años atrás, viene redireccionando su
rol como Universidad generadora de
conocimiento a través de la investigación como “instrumento” de desarrollo;
de manera que sus egresados se constituyan en gestores “líderes” de cambio para
el desarrollo, en el entendido que desarrollo es: Un proceso de cambio gradual,
metódico y sistemático de carácter multidimensional en lo económico, político,
social, ecológico, cultural y ético –moral, desde una perspectiva cuantitativa
y cualitativa orientado a mejorar el nivel y calidad de vida del ser supremo de
la sociedad –el hombre- Que debe significar: En lo económico: Redistribución equitativa y racional de la riqueza que
permita la generación de mayores ingresos económicos que impacten en su nivel y
calidad de vida; en lo político: El
acceso a la democracia participativa, donde el actor social debe ser
protagonista en la toma de decisiones y responsable de su propio desarrollo; en
lo social: Debe garantizar el acceso
de la educación y salud gratuita de calidad, así como debe reivindicar al ser
humano en la equidad de género y el respeto a las minorías étnicas como
inclusión social; en lo cultural: Se
debe respetar las formas de pensamiento y vida, expresadas en la diversidad
pluricultural y multilingüe, rescatando y revalorando sus conocimientos y
valores ancestrales; de manera que afiance su identidad cultural; en lo ecológico: Se debe preservar la
naturaleza y el medio ambiente; y en lo ético-moral:
Debe significar el manejo de los recursos públicos con transparencia y control
participativo de rendición de cuentas. Es decir, fundamentalmente el desarrollo
debe estar orientado al desarrollo social traducido al bienestar social de la
humanidad que debe satisfacer sus expectativas en su nivel y calidad de vida.
Entonces
se hace imperativo e implícito que nuestra Alma Máter si bien va por un buen
camino hacia un derrotero de desarrollo definido de carácter general por el
logro de su licenciamiento y la acreditación de la mayoría de sus escuelas
profesionales que brinda ventajas competitivas y comparativas como
posicionamiento de institución de calidad en la formación integral científica,
tecnológica y humanística de sus egresados; sin embargo, en el terreno de generación
de conocimiento a través de la investigación, estamos todavía en “pañales” no
porque, no existan investigadores de calidad, sino porque la UNA-Puno a través
del Vice Rectorado de Investigación no ha tenido la capacidad suficiente de
diseñar y formular un plan de largo aliento de desarrollo de investigación que
esté orientada sus líneas de investigación a la demanda de las necesidades de
solución de los problemas de carácter estratégico y prioritario; cuyo propósito
debe significar una estrategia de tender puentes entre la sociedad que sirve y
la UNA-Puno –como hemos referido en líneas arriba- a través de propuesta de políticas
de investigación orientadas al desarrollo de la región Puno. De ahí que podemos
afirmar que en el terreno de la investigación, nuestra Universidad sigue siendo
una “isla”.
En
este campo de la investigación si nuestra Alma Máter, es la tercera Universidad
de provincias del país con el mayor número de docentes investigadores REGINA-RENACYT-CONCYTEC
(después de la Universidad Nacional de Trujillo y Universidad Nacional de San
Agustín de Arequipa) que afianza nuestro licenciamiento, acreditación y reacreditación,
todavía no es suficiente esta cantidad de 46 investigadores, como número, considerando
que la UNMSM cuenta con 311 investigadores, la UNI con 92, la PUCP con 104 y la
UPCH con 103 (Supo, 2019) por un lado. Por otro, si estos investigadores REGINA
por propio mérito han logrado alcanzar esta difícil calificación que contribuye
en el constructo de la calidad de la institución y la satisfacción profesional
y económica del investigador, la UNA-Puno a través del Vice Rectorado de
Investigación no ha establecido ningún estímulo académico (pasantías de
investigación) ni pecuniario en favor de estos investigadores; tampoco ha
establecido estrategias de nexo como política de investigación, como si se ha
implementado como política de estímulo y fomento de la investigación en otras
universidades de gestión pública (caso UNMSM, UNI, UNT.).
Si
nuestra Universidad conjuntamente con el financiamiento de MINEDU viene
implementando “pasantías” de docentes, estudiantes y administrativos a
universidades top, éstas son iniciativas propias y parceladas de cada escuela
profesional, sin que exista un plan académico relacionado a la investigación
como políticas institucionales; de manera que estas pasantías en su gran
mayoría se vienen constituyendo en visitas a estas universidades top como
“paseos”. Mientras que de parte de la misma Universidad, al no existir un
derrotero de investigación traducido en planes de corto, mediano y largo plazo
como horizonte de planeamiento de proyecto, tampoco existe los suficientes y
necesarios presupuestos asignados para este propósito –la investigación-.
Es
así que es de urgente necesidad, que las próximas autoridades de nuestra Alma
Máter piensen más con el hemisferio del cerebro izquierdo, diseñando y
formulando planes de desarrollo de investigación como políticas y estrategias
de integración del binomio sociedad-Universidad.
BIBLIOGRAFÍA
Arguin, G. y
García, L. (2015). La gestión de
profesores en las universidades. En: Revista Interamericana de Gestión Universitaria-IGLU.
Instituto de Gestión y Liderazgo Universitario. Ed. Agencia Canadiense de
Desarrollo Internacional (ACDI) y Organización de los Estados Americanos (OEA).
Ayarza, H. (2014).
La evaluación de la calidad académica y
la acreditación. En: Revista
Interamericana de Gestión Universitaria-IGLU. Instituto de Gestión y
Liderazgo Universitario. Ed. Agencia Canadiense de Desarrollo Internacional
(ACDI) y Organización de los Estados Americanos (OEA).
Boggiano, G. (1997). La universidad actual y la relación con la
empresa, perspectiva en el mundo globalizado y de extrema competencia”. En: Foro
de la Universidad
Peruana. Lima, Perú.
Fosca (2009). La Universidad en el contexto de generación
del conocimiento. Lima, Perú: Pontificia Universidad Católica del Perú.
Smilor, et al. (1993).
The entrepreneurial university: The role of higher education in the
United States in technology commercialization and economic development.
EE.UU.
Supo, F. y
Menacho, I. (2019). Análisis situacional
del docente investigador en la Universidad peruana en el contexto de
REGINA-RENACYT-CONCYTEC (2019). Ponencia preparada para el XXXII Congreso
Internacional de Sociología (ALAS-2019). Lima, Perú: Universidad Nacional Mayor
de San Marcos.
Supo, F. (2010).
Gestión de la función universitaria en el
Perú. Tesis para optar el grado académico de Doctor en Administración.
Lima, Perú: Universidad Nacional Federico Villarreal.
Pos Doctor en Cs. De la Educación (UNEEGV-La
Cantuta-Lima).
Dr. en Ciencias Sociales. Especialidad en
Sociología (UNMSM-Lima “Decana de América”).
Dr. en Administración (UNFV-Lima).
D.Sc. Educación (UNA-Puno)
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